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LAS PLAYAS MÁS BONITAS DEL ALGARVE

  • Por Diana Merchan
  • 08 mar, 2019

Acabo de despertar en la parte trasera del Seat Málaga, viajo encima de un colchón de espuma enrollado, mientras retiro un pie de mi cara y me desentumezco, veo a mi padre bajar del coche, con los pasaportes en la mano, mi madre me sonríe y justo frente a nosotras las compuertas de la bodega del ferry abiertas, estamos a punto de cruzar el Guadiana, eran finales de los ochenta o principios de los noventa, no lo recuerdo con exactitud, era mi primer verano en el Algarve.

Parece una escena propia del sudeste asiático, pero no hace demasiado tiempo, en Europa existían las fronteras, y para llegar a Portugal desde Huelva teníamos que cruzar la aduana en barco, fue en 1991 cuando se inauguró el actual Puente Internacional del Guadiana.

En este artículo os presento las playas más bonitas del Algarve, clasificación basada en la evidencia de mis muchas veces.

El color rojizo de sus acantilados, el azulverdoso de sus aguas y su deliciosa cataplana, lo hacen especial. Aproximadamente 155 km de costa con cuevas de roca caliza, grutas abiertas al Atlántico y playas vírgenes te esperan en el Sur de Portugal.

Acompáñame en nuestro periplo, comenzamos la búsqueda de las mejores playas por el Este del Algarve, siendo la Ilha de Tavira la primera en acaparar nuestra atención.

Acceder a ella es fácil, desde la ciudad de Tavira, donde los barcos pesqueros, ahí, en la Rua José Pires Padinha se encuentran los ferris. Un trayecto de apenas 5 minutos te llevará a una virginal isla con preciosas playas dentro del Parque Natural Ría Formosa, donde la burbuja inmobiliaria no tuvo cabida y un camping, ideal para familias, monopoliza la isla

Deja que el Atlántico te despeine y con una cerveja local en mano continuamos descubriendo los pueblos pesqueros del Algarve , para llegar hasta Albufeira, donde el paseo por una dorada playa te conquistará, se trata de la playa más linda de la costa algarvia , la Praia da Falesia. 8 kilómetros de arena flanqueada por un acantilado erosionado de vetas rojas y blancas. En este recorrido encontrarás varios puntos con bajadas a la playa, desde caminos y escaleras hasta el ascensor panorámico del Hotel Sheraton.

Antes de marcharte de Albufeira, no olvides despedirte de Praia da Coelha, si los vientos del Este soplan, ella será tu refugio, pequeña calita abrigada por un escarpado dorado.

Nuestra andadura se centrará ahora en Carvoeiro, donde encontramos un puñado de imprescindibles. La primera parada, muy cerquita, en Lagoa, la espectacular Praia da Marinha, considerada una de las 10 playas más bellas de Europa y una de las 100 más bellas del Mundo, que no es poca cosa. Sus cálidos acantilados, algares y formaciones rocosas le dan un carisma especial pero es la calidad de sus aguas cristalinas quien pincela su perfección. Y para perfectos, sus famosos arcos, un trabajo bien hecho donde el mar y el viento han creado su más portentosa obra arquitectónica.

De vuelta hacia Carvoeiro, se impone un baño en Praia de Benagil, algo más frecuentada, y lo es por encontrarse en ella uno de los rincones más bellos de todo Portugal, la Cueva de Benagil o el Algar de Benagil, también llamada “La Catedral”. Es una cueva que se ha creado de forma natural por la erosión del mar durante siglos, que esconde una tímida playa en su interior. La cueva no tiene acceso directo desde tierra, se halla a 60 metros de la orilla de la playa de Benagil, los más intrépidos y expertos nadadores se atreven alcanzarla a nado, pero yo te recomendaría, por seguridad, el alquiler de un kayak en la misma playa, otra alternativa es contratar una excursión en barco.

La luz natural que entra por el ojo de la cueva te regalará las mejores fotografías.

Ya dentro de Carvoeiro, un lugar como Algar Seco es buena apuesta si lo que buscas son atardeceres de sueños. Un pequeño túnel en “la boneca” (nombre que recibe por la similitud de su gran piedra a la silueta de una muñeca) da paso a una cueva con dos ventanas abiertas al océano, el lugar perfecto para el ocaso.

Su aspecto lunático lo convierte en un lugar peculiar, donde unas escaleras finalizan en un embrollo de piedras agujereadas dando forma a charcos y piscinas naturales.

En el centro del pueblo conviviendo con el turismo se encuentra la pintoresca Praia de Carvoeiro de origen pesquero. Desde donde zarpan los botes para las excursiones por las cuevas y grutas abiertas del litoral algarvio, un paseo super  recomendable por el Atlántico que te descubrirá los misterios y secretos de sus acantilados.

El recorrido en barco tiene una duración de 2 horas aproximadamente, que te permite explorar calas inaccesibles, cuevas y grutas como la famosa Cueva de Benagil, o la Cueva Zorreira entre otras con menor renombre, pasarás por debajo de los arcos de Praia da Marinha, entrarás en lugares donde sólo entran gaviotas, rozando las rocas.

Retomamos nuestra búsqueda de playas salvajes, iremos de puntillas evitando las grandes aglomeraciones de Portimao, rastreando la M-531 hasta encontrar el caminho da praia do Joao d’Arens, carril de arena que te guiará hacia la escondida Praia do Joao d’Arens, menos explotada y cuyo difícil acceso es carne de cañón para nudistas. Una vez bajes a ella, recovecos rocosos te esperan siendo un lugar idóneo para el snorkel.

Llegamos a Lagos y sus clásicos. La bahía de Lagos alberga las caletas más bellas y conocidas del Algarve. La primera en destacar es la Praia Dona Ana, sin duda la más abrigada de Lagos, con formaciones rocosas que contienen vida marina común y junto a aguas cristalinas resulta muy divertido explorarlas con gafas y tubo.

Otro de los grandes clásicos, la Praia do Camilo, muy concurrida en verano pero de parada obligatoria, formada por dos calas, la principal bajando los escalones de madera típicos de las playas del Algarve y la segunda accediendo por un túnel en la roca, si bajas con marea alta y en pleno agosto difícilmente podrás tumbar la toalla.

Si hay una playa curiosa en Lagos, esa es la Praia dos Estudantes. Cercada  por acantilados, en los cuales han sido excavados dos túneles, uno de ellos, el de la izquierda, da acceso a una diminuta calita donde aguas tranquilas cohabitan con un arco construido por el hombre. Mientras que el otro túnel une dos Estudantes con la Praia da Batata. 

 

Por último, entre rocas y calas encontramos un monumento natural, la Ponta da Piedade. Formaciones rocosas rojizas y ocres sobre el intenso azul del océano, esculpidas con delicadeza por sus aguas, un auténtico tesoro que podrás recorrer en kayak o en barca. Aunque sólo con admirarlo al atardecer encontrarás el sosiego de un día intenso de playa.

Los acantilados del Algarve esconden grandes secretos, que os iré descubriendo en próximas entregas.

 

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