MALTA : ISLA COLOR MIEL

¡Cuidado! – mi cuerpo tiende inconscientemente hacia la izquierda. Cómo cuando vas a recibir un golpe, que reacciona cerrando los ojos y girándose, esperando ser vapuleado –

Así es como recién llegada a Malta me veo montada en un coche de alquiler, agarrada a los bajos del sillón del copiloto y luchando contra mi dislexia.

Superados los primeros metros conduciendo por la izquierda, sin equivocarnos de carril, aún. Llegamos al que sería nuestro hándicap en este road trip, la rotonda. Eso sin mencionar, al constante sabotaje marcado por Google Maps, ¡que afán en meternos por carriles de cabras bidireccionales donde sólo cabe un vehículo!

Conducir por Malta es de valientes.

Archipiélago situado en el centro del Mediterráneo, al sur de Italia, al oriente de Túnez y al norte de Libia. Estratégicamente situado para piratas. Compuesto por tres islas, Malta, Gozo y Comino, en este artículo me centraré en la más poblada, la isla de color miel.

La superpoblación de Malta, explica su tráfico. Las distancias de un punto de interés a otro en la isla son cortas, pero el mal estado de las carreteras junto a ese terrible tráfico, hacen que pocos metros acaben siendo kilómetros en tiempo.

Si a la conducción por la izquierda y al tráfico en la isla le sumamos el lenguaje corporal de los coches, el estrés nos domina. Los malteses conducen muy a la italiana, donde las luces y el claxon forman parte de su idioma en la carretera. Que quieren que les des paso, se pegan a tu trasero haciéndote luces. Que llegas a una rotonda y no te atreves a cruzarla, te ganaste una buena pitada.

No te asustes, en pocos kilómetros dominarás el asfalto maltés. Mi consejo, ármate de buen humor y disfruta. Las carreteras de Malta forman parte de este viaje.

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Todos asociamos Malta con el turismo de idiomas y la famosa saga de Juegos de Tronos. Su clima, ofertas de ocio y multitud de escuelas de inglés hacen que sea el destino elegido por una inmensa mayoría de jóvenes europeos para aprender la lengua anglosajona. Sin embargo, Malta tiene mucho más que ofrecer, tanto a estudiantes como a fanáticos Thrones y a esos turistas que se acercan al archipiélago maltés en busca de aguas cristalinas.

Superada la prueba de asfalto, estamos aptos para andurrear por Malta a nuestro aire, comenzamos.

La ciudad amurallada, capital de Malta. Iniciamos el paseo en la Fuente de Tritón frente a la Puerta de la Ciudad, una entrada a través de las murallas fortificadas de la Valletta, colándonos así en la calle de la República. El eje principal de la Valletta, que continúa hasta el Fuerte de San Telmo. Las callejuelas que parten de la Republic Street te harán descubrir tesoros en forma de fotografías y acogedores cafés como el pequeñísimo bar con el letrero de Ladies Hair Stylist tan instagrameado.

Otra de las vértebras de la ciudad es la calle Merchants, a diario, de 7 de la mañana a 12 del medio día, los mercaderes malteses plantan sus chismes en esta calle, si como a mí, te encanta husmear entre cachivaches, este mercado llamado Trip-il-Merkanti  hará perderte unas horas.                      

El mejor plan para conocer el ambiente popular de La Valeta es perderse por sus calles adoquinadas. Las cabinas rojas ya te están dando pistas, la influencia inglesa en Malta es notable. Edificios de piedra caliza repletos de balcones de colores típicos de las casas maltesas, respirando mar. Cruzándote con un Santo en cada esquina. La ortodoxa Malta tiene una iglesia para cada día del año, 365 iglesias católicas en el archipiélago. Este aire feligrés te sorprenderá al igual que esas luces de verbena que llegada la noche iluminan los portones de las iglesias.

Durante tu paseo observa y no dejes de perderte edificios como la Catedral de San Juan, el Auberge de Castilla o los Bastiones de St Michael’s y St Andrews .

Como broche final a este callejeo, el atardecer desde los Jardines de Barrakka. Jardín situado en los Bastiones de San Pedro y Pablo que ofrece una panorámica del Gran Puerto.

Si dispones de tiempo te recomiendo una ruta por estas tres ciudades. Esta agrupación de tres es conocida como la Cottonera.

Senglea será la primera que te encontrarás si viajas a Cottonera desde La Valeta, pequeña ciudad con hermosas vistas a la Valeta y a la Vittoriosa.

Si continúas por la calle Triq it Tarzna, bordeando el mar, llegarás a la segunda ciudad, La Vittoriosa, donde visitar el Fuerte Sant’ Anglu y el Palacio del Inquisidor.

Por último llegarás a Cospicua, la más grande de las tres. Donde destacar los bastiones de los Caballeros de la Orden de Malta.

Muy cerquita de Marsaxlokk se encuentra la Piscina de San Pedro. La cual se hizo famosa tras el video viral de un perro saltando a sus aguas turquesas.

Justo a la izquierda de St Peter’s Pool, cruzando al otro lado del acantilado, encontrarás surcos en la piedra formando pequeñas piscinas naturales que se llenan al subir la marea. Toda esta zona es ideal para un baño en verano.

El pueblo de los pescadores, pequeño y pintoresco. De donde provienen las Luzzu, nombre que reciben las famosas góndolas utilizadas para la pesca en Malta.

Marsaxlokk es la unión de dos palabras maltesas, marsa (puerto) y xlokk (viento africano, tan común en esta zona).

Pasear por su puerto es un imperdible en este viaje, barcas encalladas en los muelles, bailando al son del mar, olor a marisco. Y los domingos, el Gran Mercado del Pescado te estará esperando a lo largo de su muelle.

Sin más Marsaxlokk no tiene nada destacable para conocer, tan sólo su vivo y animado puerto, cuyo atractivo está en sus vistosas y coloridas luzzus.

La Cueva Azul, el Blue Grotto o That il-Hnejja en Maltés es uno de los lugares más bellos de la isla de Malta.

Recibe este nombre por el azul de sus aguas, compuesto por 6 cuevas marinas, las cuales se pueden visitar navegando por el precio de 8 euros por persona, la visita dura alrededor de una hora. Pero las mejores vistas las encontrarás desde el mirador que hay en la carretera.

Majestuosos acantilados a 250 metros sobre el nivel del mar, un sendero a lo largo de ellos te ofrece las mejores vistas hasta llegar a Blue Grotto.

El plató cinematográfico escenario de la película “Popeye” protagonizada por Robin Williams se ha convertido en un parque de atracciones ideal para familias viajeras, donde Olivia, Bluto y Cocoliso, entre otros, te esperan para pasear por este museo Disney al aire libre.

Situado en Anchor Bay, donde sus aguas cristalinas le obsequian con ser el mejor lugar de la isla para el buceo.

Ciudad anclada en el pasado, un lugar mágico. Su silencio, sus estrechas y frescas calles con faroles calidos y buganvillas en las fachadas, llena de palacios, museos y exposiciones, muralla y puertas con historia, un encanto medieval y barroco que no te puedes perder, es la visita estrella de la isla.

No confundir con la otra Rabat, Victoria/Rabat de Gozo.

No es tan espectacular como su vecina Mdina, pero también merece una visita. Lo más conocido en Rabat son las catacumbas de San Pablo.

Imprescindible, acabar el día en Sliema frente a La Valletta es un momento irreemplazable en este viaje, es el momentazo.

Gozando: un día en la isla de Gozo

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Excursión a Blue Lagoon por libre, Malta

Espero que esta guía de qué ver en Malta  te haya sido útil para organizar tu viaje a Malta. Si aún tienes dudas, te animo a dejar un comentario o a contactar conmigo por email.